Nuestro sistema digestivo hace mucho más que procesar alimentos: por ahí también pasan las emociones. Cuando sentimos en la panza que tenemos que hacer algo (¡o que no tenemos que hacerlo!), no hay mejor brújula que escucharla. No es solo una creencia popular: hoy la ciencia nos dice que la salud mental y física empieza por el estómago. Qué comemos determina cómo nos sentimos en el cuerpo y también en el alma, porque hasta el buen humor depende de la alimentación. Y aunque a nadie puede gustarle mucho hablar de intestinos, es innegable que cuando los tenemos contentos, la mente alcanza un bienestar a prueba de estrés. Para esto existe la kombucha, una bebida con beneficios únicos que te cambia la calidad de vida. ¿Querés saber más?
Mente
La kombucha no es un simple té, sino un té 4.0: se hace agregándole cuidadosamente ciertas cepas de bacterias que se fermentan durante por lo menos una semana. ¿El resultado? Una bebida rica en probióticos, es decir, ideal para que el estómago se desarrolle a todo ritmo y en todo su esplendor. Y es el estómago, antes que el corazón, a quien escuchan y siguen todos los demás órganos. Si está feliz, transmite señales de calma, de bienestar y protección que relajan nuestra mente: adiós a la ansiedad, adiós a la neurosis, adiós al estrés. ¿Qué estamos esperando para tomar nuestra primera taza de kombucha?
Cuerpo
Imaginá una bebida más saludable que el té verde, que te haga quemar grasa, que encienda el fuego de tu metabolismo, deshinche la panza y te dé energía: no, no es la poción mágica, es la tendencia del momento, la kombucha. Fermentada, ligeramente efervescente, un poco acidulada y con gusto a fruta, la kombucha hace furor con sus virtudes terapéuticas. Con energía, nos movemos más, y con un metabolismo aceitado nos sentimos más ligeros que el aire.
Belleza
Como si no tuviera ya suficientes virtudes, hay otra buena noticia acerca de la kombucha: sí, tiene muchísimos antioxidantes. ¿Qué significa? Que tiene la fuerza necesaria para protegernos de los radicales libres, esas moléculas del envejecimiento que nos destruyen la piel con el paso del tiempo. Los antioxidantes actúan como arqueros que atajan los radicales libres antes de que nos lastimen. La feliz consecuencia es que si tomamos kombucha la piel recupera el brillo.
